El cultivo del girasol tiene una corta vida en España, ya que se comenzó a desarrollar en los años 60/70 del pasado siglo. Una parte del equipo que formamos Cecosa Semillas fue partícipe y responsable de aquella histórica introducción del cultivo. Es por ello, que esta oleaginosa ha estado muy presente en nuestros orígenes y sigue estándolo, aunque a lo largo de estos últimos años hayamos vivido diferentes etapas.
En nuestros primeros años hemos comercializado aquellas variedades de semilla de girasol linoleico que considerábamos que eran las mejores para nuestros clientes por productividad y alto contenido en grasa.
Años después nos iniciamos en, lo que en aquel momento era un nicho de mercado, el girasol alto oleico. Este tipo de semilla, con un alto contenido en ácido oleico (entre el 80% y 90%), permite obtener un aceite con unas mejores características nutricionales, que lo hacen más saludable, pero también más estable, lo que supone una ventaja para la industria alimentaria muy importante. Ello nos permitió ofrecer un valor añadido al agricultor que sembró con nosotros este tipo de semillas, hasta aquel momento desconocidas en el campo.
Hoy, en el mercado español de girasol, las variedades convencionales y las alto oleico conviven y la superficie sembrada de cada una de ellas varía cada año, influenciadas principalmente por el mercado del aceite. La genética ha mejorado enormemente y nos encontramos ya con variedades de alto oleico muy productivas, con un contenido graso igual o mayor que el girasol convencional, con contenido de ácido oleico alto y estable y resistentes a enfermedades.
En definitiva, en la actualidad desde Cecosa Semillas seguimos buscando la forma de ofrecer a nuestros clientes semillas con las que puedan obtener, no sólo mayor rendimiento, sino también un mayor valor de sus cosechas, con variedades de girasol, tanto oleicas como linoleicas, que sean mejor valoradas por la industria.